¿Cómo funcionan las emociones?

¿CÓMO FUNCIONAN LAS EMOCIONES?

La emoción es un impulso que mueve a la persona a actuar, que al final se resumen en: ataca, escapa o lucha.
Cada uno de nosotros viene equipado con unos programas de reacción automática o una serie de predisposiciones biológicas a la acción, sin embargo, nuestras experiencias vitales irán modelando con los años ese equipaje para definir nuestras respuestas ante los estímulos emocionales.

Emociones en el cerebro: cómo funciona nuestro cerebro.

emociones cerebroEl troncoencéfalo es la parte más  primitiva del cerebro y la que regula las  funciones básicas como la respiración, el  latido cardíaco o el metabolismo.
Inmediatamente por encima del tronco  está el sistema límbico, sede de las  emociones, gracias a las que los  primeros seres humanos pudieron  reaccionar para adaptarse a las  exigencias de un entorno cambiante, y  pudieron desarrollar la capacidad de  identificar los peligros y evitarlos.
Por lo tanto, podemos decir que el sistema límbico está relacionado con la memoria y el aprendizaje. En esta zona está la amígdala, sede de los recuerdos emocionales  y que nos permite de dar un sentido a nuestras experiencias, porque permite reconocer las cosas que ya hemos visto y darle valor.
Por encima del sistema límbico encontramos el neocortex, que nos diferencia del resto de las especies, porque nos permite tener sentimientos, lenguaje, comprensión de símbolos, arte, cultura, civilización… Es decir, nos permite sobrevivir y darle un sentido a nuestra vida.

La parte de nuestro cerebro dedicada a los pensamientos se desarrolló a partir de la región emocional. Estas zonas cerebrales siguen estado muy vinculadas mediante circuitos neuronales, lo que significa que hay una relación entre pensamientos, sentimientos y emociones. Es decir, poseemos áreas cerebrales encargadas de “leer” nuestras emociones y darles un sentido.
La relación entre neocórtex y sistema límbico amplió el número de posibles reacciones ante los estímulos emocionales. Por ejemplo, ante el temor que lleva los animales a huir o defenderse. Los humanos podemos llevar a cabo comportamientos más completos como llamar a la policía.
El neocórtex nos permite leer, interpretar y controlar nuestras emociones. Pero tener la capacidad de controlar las emociones no significa ser racionales con nuestros sentimientos y saber las causas de todos los comportamientos.
Hay muchas emociones gestionadas desde el sistema límbico, donde el cerebro termina tomando decisiones independientemente de los lóbulos frontales, nuestro cerebro se adelanta dejándose llevar por la activación del sistema límbico, impidiendo que el neocórtex haga su labor. Esto conlleva a decir cosas que no queríamos decir, arrepintiéndonos de ellas.  Esta independencia de un sistema con otro se produce por el camino que que deciden tomar otras zonas cerebrales.
La parte del cerebro que recibe la información de origen sensorial es el tálamo (una estación de relevo que se comporta como un cerebro en miniatura). El tálamo se encarga de enviar esta información a otras partes del cerebro, como el neocórtex, que se ocuparía de analizar la información y crea una respuesta para la situación del momento. Para ello, utilizaría también a los lóbulos prefrontales, con la finalidad de entender bien los estímulos y enviar las señales al sistema límbico, y que ésta a su vez active el sistema hormonal a través de la vía hipotálamo-hopofisaria.
Existe una vía neuronal más corta, que va del tálamo a la amígdala, de modo que la amígdala pueda recibir señales directamente de los sentidos y pueda crear una respuesta hormonal que determina un comportamiento antes de que estas señales puedan ser leídas por los marcadores somáticos del neocortex.
Cuando el cerebro comienza a funcionar en base a esa vía neuronal más corta, surgen respuestas que pueden no estar relacionadas con la situación del momento. A causa de esto, con el tiempo, la persona recuerda esta respuesta  propia porque recuerda la emoción que implica. Sin embargo, una respuesta impulsiva puede ser no muy adecuada, además, casi todos los recuerdos relacionados con las emociones fuertes son muy antiguos y forman parte de la memoria a largo plazo (nuestros recuerdos emocionales).
Las conexiones neuronales de los pensamientos están conectadas con las de las emociones, de hecho, cada circuito neuronal no puede funcionar independiente al otro. Es decir, los pensamientos añaden algo a las emociones (las interpretan) y las emociones añaden algo a los pensamientos (le dan el color emocional a nuestra vida). Pero puede ocurrir que la emoción sea tan intensa que despierte una respuesta de emergencia que no utiliza la racionalidad sino la impulsividad.
Entender que en la conexión entre amígdala y neocortex es la inteligencia emocional, que es un sistema de habilidades o actitudes para entender los sentimientos y gestionar las emociones con nuestros semejantes.


Cerebro emocional: Alimentación, Sistema inmune, Sueño y Estrés.

bacterias emocionHablar de cómo estamos es hablar de un  nivel de confort.
La microbiota son microrganismos  (generalmente bacterias) que viven dentro  de nuestro ecosistema intestinal. Que  representan un 3% de nuestro peso  corporal.
No estamos solos, sino que nuestro cuerpo aloja una cantidad increíble de vida microscópica que adquirimos a partir del nacimiento.
Este microbioma está relacionado con nuestras emociones. El nombre mas ciéntifico del eje que las vincula se llama eje microbiota-intestino-cerebro. Se trata de un maravilloso, complejo e intrincado sistema, de conexiones recíprocas desde cerebro hasta intestino y desde intestino hasta cerebro a través de hormonas, sistema inmunitario, sistema nervioso simpático y nervio vago.
Los nueve metros de nuestros intestinos están regidos por el llamado sistema entérico, una red de varios millones de neuronas que regulan la peristalsis (el tránsito intesinal) y que funcionan gracias a varios neurotransmisores, pero fundamentalmente a la serotonina (el 90% de la serotonina corporal se encuentra en la zona abdominal, no en el cerebro). Este neurotransmisor está  en las emociones y el sueño. Cuando dormimos bien y nos sentimos felices es expresión de la serotonina.
El sistema entérico, o también llamado segundo cerebro, es un tubo intestinal formado por cien millones de neuronas que comunican con el cerebro, por eso la emoción no se puede explicar, se interpreta en el cerebro como ansiedad, ira, culpa, etc.
El intestino tiene dos plexos, y los dos tienen millones de neuronas. El nervio vago conecta al cerebro con el sistema entérico (desde es cerebro hasta los genitales), para producir respuestas emocionales inmediatas, primero es gastrointestinal y luego con síntomas físicos como taquicardia etc.
El sistema microbiota-intestino-cerebro es lo que nos hace sentir las emociones a través del cuerpo, con una mirada de microrganismos que, indirectamente, pueden llegar a alterar la homeostasis cerebral. Todo está conectado, vísceras y cerebro, y esta conexión puede ir en dos direcciones: cerebro-intestino o intestino-cerebro.
El estrés crónico, aumentan los factores inflamatorios (citoquinas) y la flora bacteriana cambia. Sin esa gran cantidad de aliados bacterianos moriríamos. Cuando estamos en una situación de estrés, tenemos un nivel alto de cortisol, la barrera impermeable de bacterias se deteriora y si hay contacto con la sangre, puede ser el origen de varias enfermedades autoinmunes. Por prevenir eso, es fundamental la alimentación mediterránea, el deporte y una buena gestión del estrés a través de la inteligencia emocional (gestión de nuestras emociones). La ansiedad y la depresión, entre otras patologías tienen su origen en un porcentaje nada desdeñable en el “segundo cerebro” y en la microbiota.

Emociones: Cuándo cobran valor

cuerpo y emocionesSi queremos conocer la historia de las  emociones, tenemos que hablar de  algunos filósofos importantes.
El cerebro era un radiador  (enfriador de humores), y por tanto la  sede del alma era el corazón. En el corazón la  sede del alma, Aristoteles dijo que el corazón era el lugar de las sensaciones y de la inteligencia.
Las emociones al cuerpo (especialmente a las vísceras abdominales), y los sentimientos a la mente (cerebro) para interpretar dichas sensaciones.
La emoción tiene una lectura fisiológica, que recibe el nombre de homeostasis, la cual es una señal indicadora de que estamos bien, de que no pasa nada malo, y que estamos en la zona de confort.
La homeostasis es aquel estado de regulación biológica que nos hace sentir bien; no estamos bien ni mal  y que sirve para mantener el equilibrio interno en un estado estable.

La importancia de los marcadores somáticos

marcador somaticoEl cerebro tiene marcadores somáticos, o sea,  zonas del cerebro que “leen” o informan al  cerebro acerca de lo que ocurre en las vísceras  abdominales a través del nervio vago, el sistema  hormonal, y el sistema nervioso autónomo. Cada  una de estas zonas está especializada en  detectar varios tipos de emociones.
Uno de los marcadores somáticos es la corteza  cingulada anterior, y un daño en esta zona  provoca alexitimia, o sea ceguera para las  emociones.
Cuando sentimos miedo, lo que pasa por vía  cerebral es que nos enteramos de que algo pasa: se desestabiliza la homeostasis, se entera la  corteza sensorial, evaluamos el estímulo, se  activa la amígdala, hay un disparo de hormonas,  se siente la emoción del miedo y la amígdala envía una señal al hipotálamo para que se prepare a una respuesta, que es escapar, luchar o quedarse congelado.
La amígdala tiene varios núcleos y si la estimulamos, por ejemplo, durante una cirugía cerebral el paciente siente miedo. Algunas epilepsias amigdalinas tienen como correlato emocional ataques de pánico o ansiedad. Sin embargo, una agenesia o lesión amgidalina puede cursar con una ausencia completa de miedo, lo cual es poco adaptativo.
La psicoterapia consigue “calmar” (menor metabolismo medido mediante técnicas de neuroimagen de medicina nuclear) las amgídalas cerebrales, tomando de nuevo el control la corteza prefrontal. Los marcadores somaticos se enteran de lo que pasa en el cuerpo a través del nervio vago.
La ínsula anterior, si es estimulada, suele provocar la emoción del asco, que puede ser asco aprendido, pero también puede ser instintivo, como cuando vemos algo sucio y asqueroso. Esta zona cerebral contiene casi 200.000 neuronas de Von Economo, unas neuronas especiales de tipo fusiforme (alargadas como hilos), que contienen receptores para la dopamina (vinculada al orgasmo, entre otras respuestas), serotonina (felicidad y bienestar) y vasopresina (vinculada a la monogamia).
Algunas personas, cuando envejecen sufren demencias fronto-temporales que cursan con problemas de memoria y otras funciones cognitivas, pero sobre todo con alteración de la empatía (teoría de la mente) y a veces cursan con hipersexualidad y conductas antisociales y psicopáticas.
La autopsia cerebral de estas personas revela una pérdida importante de neuronas en von enconomo en ínsula, giro cingulado anterior y área 9 de Brodmann. Una lesión en el marcador somático como la corteza orbitofronal puede impedir a los pacientes sentir emociones, dolor, culpa o placer. Esta zona es la sede de la moral, de la ética, la persona pierde la empatía y no entiende a los demás. Otro marcador somático muy vinculado a la depresión mayor es la zona subgenual (área 25 de Brodmann), situada debajo de la rodilla (genu) del cuerpo calloso.
Las emociones son fundamentales para tomar decisiones y para el proceso de aprendizaje-memoria. Los recuerdos a largo plazo los tenemos gracias a las emociones (“me acuerdo de eso porque fué un día especial, o pasó algo extraordinario”).
El sentimiento es la percepción de un estado del cuerpo interpretado por la corteza prefrontal, siendo las emociones sensaciones somáticas. Las emociones son lo que nos permite entendernos y comprender también a los demás (inteligencia emocional).



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